Introducción
En 2025, el gobierno federal implementó la exención del impuesto de importación para ciertos alimentos, justificando la acción como una estrategia crucial para mitigar la inflación. Sin embargo, la medida generó un debate entre especialistas, que cuestionan si la iniciativa traerá beneficios económicos concretos o si constituye apenas un movimiento de propaganda política.
El Debate entre Marketing Político y Efectividad Económica
Economistas renombrados, como Sérgio Vale, de MB Associados, argumentan que la exención fiscal para alimentos ya producidos en abundancia en Brasil, como el café y la carne, posee un impacto práctico limitado en la oferta y en los precios. Para Vale, la medida se asemeja más a una acción de 'marketing' que a una política económica de impacto real. La propuesta de gravar la exportación de carne bovina, divulgada simultáneamente, refuerza la percepción de que el gobierno busca señalar una actuación incisiva contra la inflación, aunque las medidas adoptadas no ataquen las causas profundas del problema.
La Crítica al No Enfrentamiento de las Causas Estructurales de la Inflación
El análisis de especialistas como Celso Ming converge en la crítica de que el gobierno federal negligencia el enfrentamiento de las causas primarias de la inflación, tanto de alimentos como de servicios. Aunque la exención del impuesto de importación pueda generar un alivio momentáneo en los precios de algunos productos, ella no resuelve las cuestiones estructurales que impulsan la inflación en el largo plazo. Este abordaje puntual, por lo tanto, es cuestionado en cuanto a su capacidad de generar resultados sostenibles.
Medidas Paliativas de Corto Plazo versus Soluciones Estructuradas
Economistas como Juliana Inhasz, del Insper, y José Carlos Hausknecht, de MB Agro, corroboran la visión de que la exención del impuesto de importación se configura como una medida paliativa, con efectos limitados al corto plazo. Tales acciones no abordan los problemas de fondo, como la tasa de cambio elevada y las presiones inflacionarias derivadas de problemas de oferta, tanto en el mercado interno como externo. De esta forma, la sostenibilidad de la medida y su impacto efectivo en la inflación son considerados bajos.
El Papel Crucial del Control de Gastos Públicos
José Ronaldo Souza Júnior, economista y exdirector del Ipea, apunta a la necesidad de medidas más efectivas para controlar la inflación de alimentos, como el control riguroso de los gastos públicos. Para Souza Júnior, la contención de los gastos públicos tendría un impacto mayor en la reducción de la inflación, al contener el crecimiento de la demanda y valorizar la moneda nacional. Esta perspectiva sugiere que la política fiscal posee un papel más determinante en el combate a la inflación que acciones aisladas sobre impuestos de importación.
Próximos pasos
El análisis de la agenda del gobierno federal revela una posible priorización de la comunicación en detrimento de acciones económicas concretas, con más reuniones con la Secretaría de Comunicación que con ministerios clave del área económica. Esta constatación refuerza la interpretación de que la narrativa política puede estar siendo priorizada en relación con la efectividad de las medidas antiinflacionarias. Para el sector agropecuario, la prioridad reside en medidas estructurales que promuevan un ambiente económico estable y previsible, y no en acciones de atractivo mediático con impacto práctico limitado. En resumen, la exención del impuesto de importación de alimentos parece encajar más en una estrategia de comunicación que en una solución eficaz para el problema de la inflación.